domingo, 9 de julio de 2017

El principal en versión minimalista.

Se que había mucho bacalao que cortar, pero es que como más gusta es frito. Así que lo acompañamos de un allioli que en invierno preparo yo pero que la sospecha de salmonela me hace delegar en Chovi. Podríais pensar en 'si que se ha calentado poco la cabeza' a menos que tengáis en cuenta que este no es un blog de recetas sino de cómo vivir hygge.

Recordamos una vez más que la comida no es lo más importante, que deben poder colaborar todos, que se trata de la cena, que apetece probar de todo y compartir un mucho.

Voy a acabar por poner el postre también que fue una merienda compartida que supo a poco.  Tarta de queso con mermelada de arándanos, arándanos naturales y kiwi.

Y hasta aquí el proyecto de cena hygge. Parece que hay continuidad de proyecto y viajamos hacia la segunda parte. Han llegado las vacaciones, o casi. Ahora si que hay  tiempo para recetas elaboradas.





Hjemmekos y la Ley de Jante

Cuando quieres traducir la idea de hygge al noruego, la palabra es hjemmeekos. Los noruegos tienen su cabaña para desconectar, su rebanada de pan integral para comer, el Matpakke, que ya haremos algún día, con queso de cabra deshidratado, Brunost y su cuchillo para cortar el queso que no se usa en ningún otro sitio, que yo conozca, el Ostehovel.

Pero hay algo que me ha llamado la atención y es la Ley de Jante, una ley que se inventó Aksel Sandemose en su novela En  flygtning krydser sit spor publicada en 1933.

En la cultura escandinava está mal visto considerarse más inteligente que los demás y se ha convertido en una convención social tener una actitud humilde, modesto y no creerse superior. Es esgrimida para evitar tener éxito o destacar y difícil es encontrar a alguien que no la conozca, es como la Ley de Murphy en la cultura anglosajona.
Los jóvenes no están por la labor de seguir guiándose por esta ley ficticia y quieren sentirse muy orgullosos de sus logros, todos conocemos algún youtuber muy influido por la cultura española que tampoco se caracteriza por la ley de Jante.

 He tomado las normas prestadas para que podáis valorar:

No pienses que tú eres especial. 
No pienses que tú estás a la misma altura que nosotros.
No pienses que eres más listo que nosotros.
No pienses que eres mejor que nosotros.
No pienses que sabes más que nosotros.
No pienses que eres más importante que nosotros.
No pienses que eres bueno en nada. 
No te rías de nosotros.
No pienses que preocupas a alguien. 
No creas que puedes enseñarnos algo.

martes, 4 de julio de 2017

Salmón para empezar una cena hygge.

Este plato es Danés porque el ingrediente principal es el salmón ahumado. Si hubiese sido invierno hubiesen venido mejor unas almóndigas como las que probamos en Copenhage , al lado de la Sirenita. Pero hace demasiado calor para encender fuegos, así que con paciencia trinchamos el aguacate con el salmón a trocitos y limón para evitar la oxidación del aguacate.  Decoramos con brotes de alfalfa y en el último momento pondremos un poco de aceite de oliva.


Es muy simple, pero la filosofía hygge consiste en que los invitados colaboren en la preparación de la cena, con lo cual no vas a meterlos en grandes berenjenales. Platos sencillos y que los niños vayan a traer limones del limonero.

Podemos variar esta receta añadiendo cebolleta tierna picadita o rallada y lo mismo con tomate. Si os gustan mucho los brotes, podéis poner más cantidad de base, y si el salmón no es lo vuestro, lo podéis cambiar por atún.

Esto me recuerda otra cosa a la que no estamos muy acostumbrados. Seguro que muchos habéis probado los huevos rellenos de atún, yema y algo de tomate. Si cambíais el atún por aguacate, os sorprenderá gratamente.

El aguacate, entre otras cosas, equilibra el colesterol, alívia el dolor de las articulaciones y ayuda al sistema inmunológico y a menos que trates de solucionar todos tus problemas comiendo un kilo al día, no engorda. Recuerda lo que dijimos de la albahaca.

sábado, 1 de julio de 2017

Tofu con albahaca. El aperitivo hygge.


Desde hace un año  Consum ha ido incorporando productos que suponemos dan respuesta a un nuevo consumidor que busca su salud a través de lo que come, y que sin ser estrictamente vegano, va buscando alimentos con menos proteina animal, más ecológico y poco a poco más sostenible. 

Primero fueron productos para celíacos y diabéticos, pero la revolución llegó con el tofu y una variedad de setas con las que poder elaborar platos saludables. 

Luego llegó el rincón eco, hace apenas dos meses, y hace poco las plantas aromáticas. Este es el rincón más hygge, porque ahora que las velas, aunque sean de citronela, transmiten mucha calor, las plantas en la decoración son muy frescas y ayudan a crear un ambiente relajado.

Sobre el tofu hay muchas opiniones. Para una compañera  de trabajo está horrible y sabe rancio. Pero es que comerlo tal cual no es lo más recomendable y menos cuando nuestra cultura occidental nos hace asociar lo blanco con los lácteos. La propuesta del menú es coger la mitad de un paquete de tofu y  triturarla con albahaca fresca, que ahora tenemos en la pérgola. Añadimos aceite de oliva virgen extra- de cosecha propia- sal rosa del himalaya, comino y jenjibre si no os disgusta el punto acre del tofu, porque lo realza. Yo lo prefiero sólo con albahaca, aceite y sal. Emplatamos individualmente con unos trocitos de pan tostado-elegimos con arándanos. 

La albahaca tiene detractores y defensores, pero yo voy a utilizar la tradición. Nada que se tome en cantidades abundantes es bueno por muy bueno que sea. Las abuelas decían, haz una novena... y si vemos la medicina química aplica la misma norma. Si tomáis infusiones para depurar el hígado o los riñones, una novena y descansamos, y si comemos calanchoe, albahaca, o cualquier otra planta milagrosa...o no... o en poca cantidad y no más de nueve días seguidos, o en el caso de este paté, una vez por semana.

Hay otro tema que preocupa a los que llevamos una vida hygge. El ser respetuoso con el entorno implica el aprovechamiento del producto que hemos adquirido. Aquí es donde entra el plato que no será del menú pero que os animo a provar. Cortáis el resto del tofu en láminas de medio cenímetro y las doráis con aceite y curcuma. Se aparta y podéis caramelizar cebolla o freir un poco de sitaque, o un variado de setas o las dos cosas si os guntan los sabores fuertes. Un poco de perejil, sal pimentar y dejadlo reposar para que el tofu se impregne de los sabores.  Pero sobre todo, lo más importante es cocinar sin prisas,. El programa de televisión imprime a sus concursantes un estrés que se transmite a los alimentos, pero los Master cocinan con calma, orden y mucho amor. Hyggechef  ¿Vale!