jueves, 31 de agosto de 2017

Experiencia Virtual Reality Hyggelig

Asistimos con expectación a las primeras gafas de 3D en los cines, pero la incomodidad las ha ido relegando al olvido. No merecía la pena tener las gafas puestas dos horas para unos cuantos efectos diseminados. Otra cosa parece el VRF (Virtual Reality Factory). Mi experiencia no ha sido hyggelig porque matar orcos o verlos avanzar un gigante para aplastarte, produce más ansiedad que bienestar.

Pero una vez sobrepuesta, y sintiendo las agujetas de sostener y disparar un arco inexistente, me pregunto cómo afectará esto a nuestro futuro. La realidad virttual es visual y sonora  pero poco a poco empezaremos a sentir cómo nos tocan o cómo huele o cómo sabe algo. No recomiendan más de 20 minutos por la proximidad de la luz azul y porque es tan real en el entorno en el que se ofrece que los niveles de adrenalina se disparan. Para los que no lo habéis probado vas conectado al techo por un cable, en espacios  individuales, abiertos y limitados por una pared-jaula virtual y tu mente, que dice que de ahí no se pasa. Cuando empieza la partida tienes a todos los jugadores junto a tí, luchando codo con codo para mantener lejos al enemigo.

Me gustó, y creo que lo que lo hace hygge no está en los principios de preparación, comodidad y bienestar emocional, sino por otro de los principios que es el de 'en familia' y menos mal que se acabó el tiempo cuando siendo amenazados por un gigante mi hijo y yo, una de mis flechas, pasando por debajo de sus brazos, me proyectó a otra torre al tiempo que lo aplastaba. Me dió un vuelco el corazón, porque por un momento olvidé que solo pasaría unos segundos sin jugar. 

La forma en cómo afecta a las emociones es algo que me sorprendió y me pregunté cómo podría ser utilizado de forma pedagógica, así que ya tengo curso para noviembre, porque esto parece historia antigua y alguien ya le ha visto las posibilidades. Me imagino hablando inglés con mis alumnos en entornos tan reales como una cafetería o una etación de metro, o bajo la misma Torre de Londres...

Espero que poder tomarse una taza de roiboos con bizcocho de chocolate sea siempre real. 


miércoles, 30 de agosto de 2017

¿Qué tendrá el agua en movimiento, que nos vuelve locos?

Mi bisabuelo iba, allá por los años de la guerra de Cuba, a tomar las aguas en el balneario de Bañús, hoy  desaparecido. Más de cien años después su nieta sigue tomando las aguas y probando si hay alguna que realmente sea la mía, porque lo más importante no es la fama sino que encuentres la que te vaya bien a ti. Tu balneario hygge.

Hay que planificar la estancia con mucho cuidado porque el agua es importante pero lo es ás el entorno donde luego vas a descansar, a veces es mejor dormir en un sitio y utilizar el balneario de otra como sucede en Paracuellos de Jiloca. El agua es pestilentemente sulfurada o sulfurosa, porque no parecen ponerse de acuerdo, y realmente actua sobre varias dolencias y rápidamente. Pero la proximidad del agua a la recepción del hote
l hace que te de la bienvenida y te acompañe durante toda la estancia, incluso cuando llegas a casa y empiezas a lavar ropa queda un rastro de tu estancia. El lugar está haciendo esfuerzos por salir del siglo pasado pero ofrece más de lo que luego encuentras. El Circuito Termal es bastante bueno, pero como no te acompañe la suerte duermes en una caja de zapatos bastante maltrecha. Si sale el sol el entorno es estupendo pero si no es así y viajas con niños y sin pareja  no tienes la posibilidad de dejar a los niños haciendo actividades mientras tomas los tratamientos especializados. Cerca de Calatayud, habría que pensar en quedarse fuera, aunque doblan el precio del Circuito para disuadir.  Espero encontrar la cara modernizada, soleada y con actividades para los más jóvenes-porque la wifi tampoco funciona muy bien.

Tanto este como el de Cofrentes parecen pensados para los jubilados, pero no puedo decir nada malo de un establecimiento que al saber que vas con niños pequeños te deja la habitación de los dueños cuando no están y siempre advirtiéndote te dejan disfrutar en familia de la piscina termal. Supongo que sin el buen tiempo del que disfrutamos hubiésemos tenido algún problema para entretener a los niños. El aspecto que más me conmocionó no era responsabilidad del Balneario, sino de los abuelos que tenían miedo de quedarse sin comer y nos atropellaban a los niños.
Luego están los hoteles de lujo como el  Hotel Vila Gadea en Altea, que ofrecen un Circuito  de Talasoterapia pero que para procurar un habiente relajado deja a los niños fuera excepto una horita y la cobra.... El agua  de mar pero con chorritos es un plus-Spa.

Seguro que mi bisabuelo estuvo más cerca de esas pilas de mármol que consevan en Archena aunque no de sus instalaciones exteriores actuales. Disfrutaría de un entorno como el del  hotel Termas que tiene fotos de la época,  pero no de la actualización de sus habitaciones más en el gusto de hoy y dudo que nadie tuviera que preocuparse del entretenimiento de los residentes en su mayoría enfermos. Seguro que las aguas de Bañús eran como las de Verches o Malavella. Hoy cualquiera va en busca de aguas que proporcionen bienestar, pero para que se convierta en una experiencia hygge tiene que ofrecer bienestar el alojamiento y la alimentación. 

Es un poco penoso que si el hotel no siempre tenga tenga spa y si las aguas son buenas el alojamiento no sea equiparable, por no hablar de lo caros que son en ambos casos. Aunque nadie dijo que vivir hygge salga económico, que cuando te metes en una tienda de velas especializadas, y no de las del super que huelen a todo menos a lo que pone en el papel, te dejas una pequeña fortuna, idem con el té, el café o las galletas.

Ahora bien, ¿qué es más hygge para vosotros? ¿Hacer un viaje en el tiempo sin perjuicios a un balneario o relajarte con agua del grifo en un resort? 


domingo, 20 de agosto de 2017

Aceites esenciales

Tengo que agradecer a Belén-Balamoda que el día de mi cumple haya presentado los aceites esenciales con tanta vehemencia. Así me fui a la Tienda Verde y me compré un difusor de esencias muy 'cuco' y muy hygge. Tres gotas y la relajación fue total. Pero no de cualquier aceite, ¡ojo!. Aceite esencial de lavanda. Y mientras, en la nevera, espera una botella de litro de agua fresca con una gota de esencia de limón 'bio' y apto para consumo- no todos son aptos para consumo.
Voy a empezar con estos dos porque creo que os engancharán como a mí.

Lo primero que tenéis que comprobar cuando compréis el aceite esencial es que sea bio, que detrás haya una casa importante y seria y que si váis a consumirlo de forma oral, sea apto para ese fin. La casa El Granero que, los asiduos de las tiendas especializadas, conoceréis, ha comercializado varios para uso interno porque son especialistas en alimentación.

La casa Pranarom, además de tener una gama más amplia, tiene bibliografía para que puedas conocer la composición bioquímica de cada aceite, qué parte de la planta lleva y cómo debe ser utilizado en cada sintomatología: diluidos con aceites vegetales como el de oliva, almendra o jojoba tendrás un producto para masaje, ducha o baño, puro en agua para pediluvios o inhalaciones. También aprenderás que los aceites tienen una función terapeutica directa sobre el cuerpo físico, pero también actua sobre las emociones.

Ahora que es verano y las velas molestan un poco, puedes crear un ambiente muy hygge con el difusor. Antiguamente se quemaba en un platito sobre una vela, pero los difusores actuales actúan en frío y rompen las moléculas para liberar las propiedades del aceite con ondas ultrasónicas. Son un pelín caros pero más cómodos que sentarte con el cuenco tibetano y proceder de forma manual. Si tienes tiempo y te gusta la vibración instrumental, ánimo.

Me estoy componiendo mi propia tabla para el uso de cada aceite porque pensé que en libreta sería más engorroso dar con el aceite para según que cosa. En breve abriré una pestaña con más información, si os interesa recordad suscribiros.











miércoles, 16 de agosto de 2017

Tapping ¿Qué?

No, aunque estemos en verano, ni tiene que ver con los 'tap(wea)rs' que te llevas a la playa ni con las 'tapitas' del chiringuito, eso sí, cuando sepas lo que es tú decides que te puede funcionar mejor si el tapping o el eating.

Tap significa golpear suavemente, como cuando llamas la atención de alguien golpeando suavemente el hombro. Parte de  que las emociones tienen una base física y una base psíquica. Las emociones parecen separadas del cuerpo pero no es así, fisiológicamente las emociones son impulsos hormonales, químicos y físicos que se mueven dentro del sistema nervioso, así que al trabajar el plano físico actuamos sobre las emociones. Al seguir la secuencia propuesta de forma ordenada se genera un flujo que ayuda a liberar las emociones estancadas y van a fluir hacia fuera liberándonos.

El primer punto es el canto externo de la mano izquierda presionando con los dos dedos, índice y corazón. La presión es la que gastarías para despertar a alguien que está durmiendo. Luego nos dirigimos a la cabeza sobre la coronilla. En la cara empezaremos o bien con una mano en el tercer ojo en  medio de la frente o con las dos manos  encima de las cejas. Golpearemos cn los dos dedos las sienes. bajo los ojos, bajo la nariz, en el menton y luego nos desplazaremos a la clavícula, por bajo. Finalizamos en la axila, cerca de la costilla. Pero cuando no tengamos tiempo o bien queremos completar, podemos golpear la parte interior de las muñecas. ¿Sencillo? 

Parece que hay muchas variaciones sobre el método a aplicar y que los resultados son positivos porque deben ir acompañados de frases de visualización del problema que nos hace necesitar el tapping y frases de visualización positiva con lo que pretendemos conseguir. Luego están los listillos que lo utilizan como varita mágica para hacerse ricos  o ser más productivos.

Personalmente creo que es una forma de conjurar a la Atención Plena, al mindfulness, que requiere por tanto del slowdown y que lo que hace es que durante unos minutos focalices en aquello que deseas cambiar de tu día a día para conseguir ser feliz. He aquí una de esas técnicas para tener en cuenta ahora que las vacaciones nos han vaciado de estrés, o al menos así debería ser. Es una técnica de mantenimiento hyggelig. 

domingo, 13 de agosto de 2017

'Nesting' hyggelig.

Cuando aparece el término , lo acompaña una foto de Bridget Jones en pijama y aunque está haciendo 'nesting', no es exactamente el ejemplo que ilustra la idea de 'me quedo en casa porque es la mejor opción'. En su caso parecía la única y no es el nesting hyggelig que nos trae aquí.

En el origen del 'nesting' está que es una decisión voluntaria porque la casa ha dejado de ser un cobijo, para convertirse, gracias al esfuerzo de los diseñadores y una gran dosis de influencia nórdica, en un hogar, un remanso de paz, un lugar alejado del estrés. Tiene todo lo necesario para recargar pilas y cada vez es más habitual, que después de una ajetreada semana de trabajo o trimestre interminable, llames a alguien para salir y te diga- no gracias, este finde hago nesting (anido). Si, me quedo en 'casita', con mi sillón, un buen libro y si no me apetece cocinar me pido comida gourmet a domicilio.

No significa quedarse en casa para no hacer nada. Ordenar los cajones a lo Marie Kondo,  ver las películas que nos gustan, arreglar el jardín, dedicarnos a ese hobbie...
Alguien podría ver-y si ha leído la teoría de la sabana más- que se puede producir aislamiento, pero quedarse en cas no es quedarse solo. Aquí es donde los daneses sacan el hygge, en casa y con buena compañía.

Y en eso he estado. Creo que he necesitado más que nunca el nesting. Limpiar y ordenar el nido y organizar aquellas rutinas que son absurdas y se comen nuestro tiempo sin aportarnos nada particularmente interesante. Es tiempo para meditar y encontrarse con uno mismo, deshacer contracturas emocionales y llenarse de hogar y de familia. 

Y con las pilas recargadas y las maletas listas vamos a empezar un nuevo viaje por el universo hygge antes de que todos volváis a la 'marcha'. Vamos a preparar la vuelta con una dosis extra de hygge.