martes, 26 de noviembre de 2019

Gente bonita, gente hygge.


Hoy tengo ganas de hablar de la gente de las pequeñas cosas. De la niña  que te mantiene abierta la puerta, de la alumna que te dice 'qué bien hueles', de la mami que te mira con mezcla de envidia y ternura mientras le devuelves a su trozo de cielo que se convertirá en tempestad y torbellino tan pronto llegue a casa, al compañero que escucha tus quejas, a la compi que con cariño bromea con tus dolores para que te sean más leves, a tu pareja que viene a buscarte para decirte que junto a la chimenea se está mejor, aunque hoy el sofá te parece el sitio menos cómodo para las rodillas, tus pequeños armarios empotrados de adolescencia comprimida que te tapan con un abrazo inconmesurable...

Gente bonita que te contesta con un silencio complice, con una pregunta positiva, con un 'te escucho'. 

Gente bonita que tiene heridas de guerra que las hace más bonitas porque su apego a la vida las vuelve exhultantes, seguras y vitales, aunque sus momentos oscuros les hacen temblar ante la imcertidumbre de la evolución de sus heridas y se esconden en la quietud de sus inseguridades.

Gente bonita que no necesita ni chimenea, ni calcetines, ni manta para hacerte sentir hygge en el café más abarrotado, porque la conexión interestelar se recupera aunque hace mil años que no os veis.

Gente bonita que lleva la luna en la mirada y el dedo en el corazón. 

Gracias por ser de luz. 

lunes, 18 de noviembre de 2019

Frustraciones de my hygge

Me puede la gente que se queja, sistemáticamente, sin aportar soluciones, delante de la puerta equivocada. Y que cuando tiene la oportunidad de cambiar las cosas vuelve a inclinar la cabeza ante los que le sometieron y son artífices de sus quejas.

Me pueden los que 'yollean' porque nadie hace las cosas mejor que ellos, ni dedican más tiempo, ni se sacrifican más.

Me frustra escribir mi mejor reflexión del día en el post más contestatario, profundo y subversivo y que NO SE GUARDE, y entonces hecho de menos cuando escribía en papel y solo desaparecía si se borraba exprofeso o se extraviaba.

Fantaseo si no será obra de una mano oculta o tal vez mi ángel de la guarda. Porque a saber en que lio me hubiese metido al darle al botón de publicar. Pero me duelen las palabras y pensamientos perdidos en la red.

Entonces me doy cuenta de que me pienso la mejor y "yolleo" cuando creo que el pensamiento perdido en el proceso creativo podía cambiar el mundo. Y de que esta no es la mejor puerta para protestar. LOL.

lunes, 11 de noviembre de 2019

Cambio de clima, clima de cambio, al abrigo del hygge.

Llega el tiempo de adobar aceitunas, usar el aceite de freir para hacer jabón casero, comer castañas, recoger aceitunas, pelar almendras...

Son tareas que no interesan a la economía, porque no generan gasto ni endeudamiento. No produce resíduos sino que los transforma. No consumen plásticos, no contaminan, no pagan impuestos. Son saludables y no favorecen a las empresas farmaceúticas.

Se avecina una gran crisis promovida por una generación que ha crecido con lo que los milenial soñaban y que observa con espanto cómo  nos estamos comiendo la tierra, cómo la estamos exprimiendo, como rellenamos, con basura, los agujeros de tierra que gastamos para construir nuevas casas. 

La crisis la causarán los minimalistas, que  no quieren consumir por consumir. Vendrá de mano de consignas como sostenibilidad, reto333, armario cápsula, no hay planetaB, 4Rs. Veganos porque dicen no a las granjas intensivas, divergentes, porque no aceptan las normas establecidas, insurgentes porque no saben como decir 'basta ya'. Aburridos de los vendedores de humo y de los banqueros de tiempo.

La sociedad, ahora, ya, tiene la obligación de actuar en vez de esconder la cabeza en viejos paradigmas que no asumen la responsabilidad. Yo soy la que contamina, la que agota las reservas naturales, la que deja huella ecológica de dinosaurio. También soy capaz de verbalizar emociones, armonizar sonidos, crear arte y si me das una taza de café, una vela, una manta y un fuego, te rodeo de hygge. ¿Seremos capaces de resistir el embate, de reinventarnos para sacar a flote una economía no basada en el tener y más orientada al ser? 

Ayer un día intenso, hoy reflexión. Mañana...





lunes, 4 de noviembre de 2019

Hygge, de un modo de vida a un estilo de vida

El hygge no tiene una descripción clara y definida. De hecho te lo explican de muchas maneras y cada cual desde su experiencia del tema. Ese grupo de chicas que recuerdan sus noches de lucha de almohadas o de primas con pijamas, calcetines, peli de miedo o romántica, pintauñas, revistas, pase de modelos, cacao caliente con nubes y galletas y cojines mullidos.

Para otros largas sobremesas con vino caliente y un buen trozo de esperada y jugosa tarta, más que la cena que era una escusa.

Esos muchachos que recuerdan sus tardes de pintar Warhammers y los interminables juegos de roll al estilo 'nerd' Big bang theory. Noches en la cabaña de los padres en Malmo con el cosplay de Naruto.

La sauna familiar, la merienda de dos íntimas, la final con pizza y cola, etc. 

Hoy es un estilo de vida, viviendas confortables pero sin excesos, con objetos evocadores de intimidad y confort. La iluminació es tremendamente importante. La temperatura o cómo experimentarla es de vital importancia. Frío no pero achicharrarse tampoco, si no ¿para qué la manta?. 

Mi hygge empieza cuando entro a clase y puedo empezar la jornada leyendo, una clase redonda con alumnos atentos, un gesto de compañerismo entre ellos, un café con polémica en la sala de profes, un patio conversando con... Un debate abierto con los mâs mayores, un 'oye y tú ¿cómo te llamas? 'de los pequeños. El aire cálido del mediodía y el fresco de la noche, no tener que pasar por el super, subir a casa disfrutando de los árboles y el paisaje que me recibe. Una chimenea encendida, todos en casa y bien, conversación con los abuelos, pan caliente para cenar, tareas de una horita corta y sentarme a leer o a escribir delante de la chimenea con algo calentito en una taza bonita. No es algo simple, es más bien algo que va tejiéndose a lo largo del día, es mi  hygge de muchas pequeñas cosas.