lunes, 30 de diciembre de 2019

Nos bebemos los no propósitos.

Hoy es el último lunes de un año que no ha sido malo, pero que hace desear que el siguiente sea mejor. 

Este fin de fiesta no voy a poner propósitos, sino que directamente voy a desear, para que las fuerzas del universo confluyan para que se realicen... Y acto seguido me viene a la mente el "cuidado con lo que deseas" y es que a veces, para conseguir lo que queremos, lo que pasa por en medio no se puede considerar precisamente bueno.

Ni propósitos ni deseos. Así que que tal si empezamos a decir lo que no haremos el próximo año... "De este agua no beberé". 

Si los propósitos no se cumplen, los deseos son peligros y siempre acabamos haciendo lo que no queremos...

Que este año 20-20 se cumpla la ley de Pareto y que de nuestro 100% de propósitos, se cumplan el 20%, el resto, ya veremos que hacemos con ellos. 

Lo que si que podemos hacer es proponernos que nuestros deseos buenos y amables de salud, armonía y prosperidadpara los demás se cumplan y podamos beber por ellos aunque sea con agua. Nos leemos al año que viene... Bueno, si quieres. Mucho hygge, pero del bueno.

miércoles, 25 de diciembre de 2019

Educados para la resiliencia. Permacultura y evolución. Introducción.

 

EDUCADOS PARA LA RESILIENCIA

Permacultura y evolución.

INTRODUCCIÓN

La primera vez que oí hablar de permacultura fue en un video sobre homeschooling a una madre que había decidido educar a sus hijos en plena naturaleza. Ella era permacultora y daba conferencias en las que sus hijos la acompañaban. Decidían cada mañana el planning para el día, se repartían las tareas y dedicaban un tiempo a la adquisición de conocimientos- ¿Perfecto? Uno se quejaba de que el colegio no le gustaba, el otro de que echaba de menos tener amigos.

Cuando digo que estaba buscando información sobre homeschooling, es porque había visto una familia alternativa en televisión que educaba a sus hijos sin normas y sin ‘colegio’. Y después de 15 años en la docencia y 2 hijos que comenzaban a preguntarme el por qué de ciertos temas que ni yo misma tenía claro, era el momento de revisar lo que entendía por educación.

 Así empecé a cuestionarme hacia donde iba la educación y si no había llegado el momento de favorecer el cambio. Y casi sin darme cuenta entré dentro de los conceptos permacultores con las limitaciones de espacio propios de la ciudad y de mis limitaciones y prejuicios que pesan más que mis nuevas ideas. Pero con todo  empecé por cultivar un huerto en mi balcón con habas, lechugas y fresas y a preparar plantel para un terreno y he dejado lleno de semillas dispares y estamos observando que pasa mientras hemos empezado un pequeño huerto tradicional. Y de nuestra observación la primera conclusión que podemos sacar es que no somos agricultores. Es una observación humilde pero que llevada al terreno espiritual se ha convertido en algo muy enriquecedor.

 La permacultura que nace dentro del ámbito de un cultivo de subsistencia, no invasivo, regenerativo y permanente se ha ido ampliando a un modelo de vivencia personal que ha llevado a muchas personas a abandonar las urbes en busca de espacios donde poder poner en práctica lo que una pequeña terraza no les permite. Fukuoma o Holmgre se han convertido en los filósofos y precursores de este nuevo concepto o forma de vida que no sólo se ha materializado en la agricultura sino también en la arquitectura. Planificar, desarrollar, mantener, organizar y preservar el hábitat para que sea capaz de sostenerse en el futuro. Es algo más que confiar en la resiliencia, en la capacidad de adaptación a las dificultades, es observarlas para ayudar a la naturaleza a la que hemos maltratado a renutrirse y a covertirse en una productora perenne de productos.

La Permacultura también ha dado pie a que practicantes, diseñadores y organizaciones busquen modelos de financiación menos sistematizados sin apoyo de corporaciones, instituciones o gobiernos. Los ejes centrales de la permacultura son la producción de alimentos, abasto de energía, el diseño del paisaje y la organización de (Infra) estructuras sociales. También integra energías renovables y la implementación de ciclos de materiales en el sentido de un uso sustentable de los recursos al nivel ecológico, económico y social.

Desde sus inicios a finales de los años 70, la permacultura se ha definido como una respuesta positiva a la crisis ambiental y social que estamos viviendo.

Crisis, ese ideograma chino de peligro y oportunidad. Veo peligrar mi puesto de trabajo por la aparición de un nuevo paradigma educativo y el sistema de bienestar en el que hemos estado falsamente acomodados mientras consumíamos sin fin y sin sentido una serie de productos absolutamente prescindibles.

Echando la vista atrás ahora soy más consciente de lo que entra en el armario y capaz de ser más creativa y solidaria con lo que sale. Si está bien se da y si no se recicla. Los calcetines que se les quedan pequeños a mis hijos son ideales manoplas atrapapolvo. ¿Alguien recuerda que antes las medias se recuperaban con agujas especiales y que las patatas de los calcetines se zurcían con un huevo de madera?  Muchos que se llaman ecologistas no han zurcido en su vida un calcetín, porque sostienen que no hay que llegar a extremos. Son los mismos que luego se encadenan a los árboles o deciden no tener hijos porque destruiran la tierra. No son sostenibles. Menos mal que sus padres no pensaron así. Pocos de los chavales del 15M han ido a un colegio de monjas donde les han enseñado a bordar y a zurcir. No son culpables de haber recibido una educación llena de conocimientos inútiles. Ni de tener unos padres que han tenido que salir a trabajar y que con ese dinero compraban más calcetines en vez de remendar, o sábanas nuevas en vez de parchear, a lo sumo un parche adhesivo en el pantalón, que mira tú por dónde resulta que  está hasta de moda.

 Y de ahí la idea, permaeducación. Si se han elaborado los principios para un modo de vida sostenible y perenne por qué no dotar a la educación de un planeta en crisis de la capacidad de ser sostenible, gratuita, solidaria y perenne. Dejadme que os lo explique.

jueves, 12 de diciembre de 2019

Tres años y un día de hygge.


Tres años y un día suena a condena, y sin embargo no me he sentido más libre ni en paracaídas.  

Ya son tres años apostando por el hygge y ahora que por fin parece que el temporal emocional, de final de trimestre, amaina, empieza otro temporal de viento.

Hay objetivos por cumplir, muchas reflexiones por hacer y la Navidad a la vuelta de la esquina. 

Quisiera creer que vivimoshygge ha animado a alguien, le ha sacado una sonrisa o le ha enseñado algo. 

A mi, la experiencia desde este lado, me ha relacionado fugazmente con  instagramers, y largamente con gente muy 'bonita'. Me han hecho sonreír personas que viven la vida con dificultades y mucha ilusión. Sigo creyendo que el tesón y el esfuerzo pueden más que la capacidad académica. Y aprendo  de madres que se consideran malas porque no son superwoman, aunque los demás las vean así. 

Me he roto física y emocionalmente más de dos veces en un mes  y estoy deseando que llegue la de arena, porque de cal estoy 'blanca', así que me voy a conformar con 'casis' y voy a tomarme el té con manta y chimenea. 

Fuera el viento amenaza con hacernos amanecer en Oz, sin corazón, ni valor, ni cerebro y con dolor de cabeza. And if things don't go right I will go left. 😉



martes, 3 de diciembre de 2019

Coaching en el uso de energía solar.

Respondía a un perfil de instagram que preguntaba que cuál de los cambios por la sostenibilidad nos había costado más adoptar. Ellos confesaban que el tema de las bolsas de plástico. Yo contesté que la energía solar.

No hay nada que cree más infelicidad que la incertidumbre, no saber si tendrás trabajo, si tus hijos podrán estudiar, si habrás comprado los billetes correctos para el avión.  Cada cambio drástico supone un periodo de adaptación, salir de la zona de confort, aceptar limitaciones y tal vez algún beneficio.

Llevo más de tres años funcionando y aprendiendo cada día algo nuevo de la energía solar. Creo que lo primero que tendríais que tener claro si queréis pasar a este sistema no es la inversión y en cuanto tiempo vas a amortizarla, porque pese a lo que te prometan, podría ser demasiado tiempo. Tiene que tratarse de un convencimiento personal, de un acto responsable hacia el medio ambiente.

Una  vez superada la cuestión económica viene la localización. Aunque no se trata de una obra debes pedir permiso al ayuntamiento que te informará  de la distancia, y otros temas legales.

Pero lo realmente importante es aprender que hay límites de consumo.

Aunque el equipo solar te permita tres días de autonomía, si no hay sol, eso significa que solo podrás encender la luz y con un poco de suerte alguna lavadora, aunque mejor cuando salga el sol, y así la secas. Necesitas algo que sea complementario para darte algo de seguridad cuando llega una borrasca que amenaza con durar más de tres días.

Por todo esto, he pensado que tal vez, ahora que estás sentado en tu sillón leyendo este post, sea el momento de reflexionar sobre el primer item, energía solar sí o no.

Si la respuesta es si, recuerda que lo que tengas que hacer que requiera electricidad debe hacerse cuando hay mayor carga de luz solar. El calentador a las 12 y a las 4 en invierno y si el termo del calentador es bueno llegas hasta las 8 del día siguiente y tienes que poner el lavavajillas después de comer o programado para las 11 de la mañana.

Debes saber lo que gastan tus electrodomésticos y, cuando los vas cambiando, mejorar su eficiencia energética.

Mucho hygge. Y si tienes dudas por instagram te cuento.