lunes, 12 de diciembre de 2016

Open your mind

 Aunque el hygge se puede producir en cualquier sitio como un malecón a la orilla de un canal, en una hamaca, comiendo mejillones, al aire libre, en verano o jugando descalzos en un parque, los daneses gustan de reunirse en casa y echan de menos que los españoles, más proclives a verse en bares, abran más sus puertas lo que no invita a estar cómodo. Para algunos daneses, por ejemplo, no se puede conseguir un ambiente relajado en un bar español con sillas de plástico, zonas en sombra y tubos fluorescentes.

Abrir tu casa y abrir tu mente. Estamos siempre más dispuestos a lo segundo que a lo primero. Nuestro hogar es nuestro castillo, y nuestra fortaleza inexpugnable. Pocos se han puesto la alfombrilla de IKEA Bienvenido a la República independiente de tu casa. Conozco a pocos dispuestos a dejar saltar sobre los sofas a los hijos de los amigos o vecinos. Centramos las reuniones en festividades señaladas con complicadas comidas preparadas con estrés en la soledad de las cocinas.

Eso no es Hygge. Para que la reunión sea hyggelig necesita de un ambiente relajado, no importa si no hay suficientes cubiertos iguales, ni si hemos combinado platos elaborados o no, siempre que demos pie a que quien quiera pueda participar de la preparación. Tener platos para servir el marisco que ha traído un amigo o copas para el vino que ha traído otro. Si haces una comida y consigues que en la sobremesa haya quien se quede dormido un rato, la conversación sea agradable y haya cierta reticencia en dar por acabada la tarde, lo has conseguido. El ambiente es agradable y cómodo y la sensación de bienestar nos embarga, ¡qué hygge!

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