miércoles, 26 de abril de 2017

De lo pro a la circularidad.

When your dreams come true se llama Lego. Nosotros tuvimos el Tente, que en su origen, era muy similar, pero sin personajes. Una caja con pocas fichas y un juego de ruedas y las tardes pasaban volando.

Las tardes de los Daneses están llenas de retos Lego y momentos de creatividad y esto me lleva a una reflexión sobre las aristas pro y los circulares. Sí, ya se que no parece tener mucho sentido, pero todo sucedió así.

El almacen central de Lego en Copenhage ofrece la posibilidad de comprar piezas a gusto que se albergan en dos paneles en la pared. Para contenerlas hay como unos botes de refresco-grande y ahí es donde empieza la diferencia. Pero es una diferencia adquirida. Observé que mi hijo estaba montando lo que quería llevarse, pero no cabía en los botes, y a mayor número de botes, mayor precio. Nosotros aplicamos la lógica de llenarlos con piezas medianas y rellenarlos con piezas diminutas, que una vez en casa no tienen mucha utilidad-bueno, los niños le encuentran utilidad a todo- decisión tomada después de dos horas esperando en la tienda mientras elegían montaban y desmontaban.

Tuve tiempo de hablar con un dependiente sobre el estudio del inglés, y una dependienta catalana me contó la historia de su llegada a Malmo con su novio. Y a observar. Había una hica japonesa de unos 20 años montando una maqueta diminuta y perfeccionista. Montaba, provaba, cambiaba colores y formas. Cuando consideró que ya tenía lo que quería los medio desmontó y buscó la forma de que hiciera falta un solo bote, muy IKEA en el procedimiento. Luego completó con piezas que había dejado al lado, las otras opciones. Y no era la única que procedía así. Mi hijo había copiado el proceder del entorno, pero las prisas hicieron que acabásemos llevándonos piezas sin ton ni son. La otra tarde empecé a construir algo y para mi sorpresa, no podía hacer nada con sentido, pero eso me pasa a mi, que según mis hijos y la nomenclatura Minecraf, soy circular. Ellos fabrican unas naves y seres fantásticos muy simpáticos con antenas, ojos y luces.

Moraleja, Lego y ahora Minecraf permiten crear mundos de fantasía en lo vivo y en lo virtual que nunca estará al alcance de los que somos circulares o peor aún, esféricos. Alguna vez  el tiempo no me importaba, con poco hacía un mundo y la creatividad tenía aristas. ¿En qué momento de la vida nos hacemos circulares? ¿Tiene que ver con la edad, con la cultura, con el dinero? 

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