Me ha parecido curioso el término "entrar en shock" como si alguien abriese una puerta al trauma, al dolor y entrase acomodándose en la nada, en el bloqueo.
Y para salir del shock, ¿Por qué no entrar en hygge?
Se consciente, abre tus emociones-casa, comparte tus sentimientos-hogar, pasea por lugares soleados-carga las baterías, compra flores frescas-rodeate de belleza, enciende velas-iluminate, acogete en un entorno connocido donde te sientas protegido-tradiciones. Date permiso para disfrutar una copa de vino, un té o un café con tus recuerdos. Lloralos, cuestionalos y preguntate y sigue llorando.
Cerrar las puertas, apagar las luces, prohibirse recordar y experimentar dolor, deshacerse de los viejos recuerdos, negar, negarse y contenerse es la mejor forma de alargar la inquietud.
No me exijo, pero solo por hoy, voy a entrar en hygge, a angustiarme si me apetece, a compartirlo si me desborda y a poner flores y velas a mis dolores mientras pongo a trabajar a mi yo creativo, que es muy romántico y se congratula en estos momentos, para resurgir renovada y lo llamo olvidar y perdonar para continuar. No hay armonía sin silencios ni música sin sonido...¿O sí? Pero eso es otra historia.
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