sábado, 13 de noviembre de 2021

La creatividad programada.

 

Estaba yo releyendo los primeros post y observé un lapsus. Hablaba de la creatividad en el aula pero que debe ser programada.

Cuando empiezas en una profesión, y en  esta es inevitable, hay que programarse para adquirir seguridad con los contenidos. Pero cuando te sabes el temario de memoria, se automatiza el programa y vas en piloto automático. Pero la creatividad tiene un ingrediente imprescindible que entra en conflicto con la programación, la espontaneidad.

Cuando te vas de viaje guiado sabes donde vas, donde toda la gente ha ido antes que tú. A menos que seas yo, que he ido a sitios que han ido muchos, pero a más que no ha ido nadie. Puede que no haya visto sitios emblemáticos pero ha merecido la pena perderse.

En la educación deberíamos poder hacer ese ejercicio de perdernos para poder descubrir cosas nuevas, porque llevamos demasiado tiempo andando detrás de otros e innovamos en la forma pero no en el fondo. 

Hay una obsesión compulsiva por medir, lograr, evaluar, unificar. Medimos elefantes y hormigas con el mismo rasero mientras olvidamos que el verdadero objetivo de educar es dejar crecer descubriendo el entorno y que cada uno hace ese descubrimiento de modo distinto y en tiempos distintos. Queremos creativos de patentes, contenidos, negocios, pero deben crear en un momento dado y para algo concreto.¡Nos aclaramos !

Sin creativos tenemos muchas probabilidades de acabar comsumidos por una sociedad obsoleta. Así que debemos apresurarnos a tomar una decisión, queremos emprendedores, cambiemos la educación, pero no desde bajo, como siempre han dicho, sino desde arriba, porque si los objetivos no cambian las cosas seguirán igual. 

lunes, 8 de noviembre de 2021

¡Qué os den hygge! o ¡ hygge para todos! .

 


Esos momentos que no están torcidos sino retorcidos a falta de una vuelta de tuerca más. Ese comentario contra el otro que te hace pensar si no hay espejos para que quien acusa a los demás vea sus propios actos. Ese tiempo que tiene dimensiones cuánticas o paralelas porque tienes que estar en dos sitios a la vez mientras tu cabeza peregrina por otros dos. Ese día de 'que se pare el mundo que yo me bajo' con subtítulos de 'es que te preocupas demasiado'. Llevo una brújula que señala todo menos el norte a fuerza de descargas estáticas y estéticas de esta que suscribe. 

Y creo que es el momento de una píldora de keosdenato para frenar el PSP <pensar sin parar>, pero no, hay que hoponomonizar el mundo, dar las gracias, pedir perdón y decir te quiero. 

Pero si doy las gracias por quererme bajar de esta temporada, y pedir perdón  por lo que queda después desparramado, pocas o casi ninguna gana quedan de ir repartiendo 'abrazos de luz' en plan happy flower. 

Ahora que se ha encendido la segunda chimenea del otoño, winter is coming. Pero no quiero tronos de hierro, ni poder, ni tesoros. Solo viajar, o sea ir, en una sola dirección, con un propósito en lo físico y en lo mental. Un poco de paz para crear. Un ciento por ciento de mindfulness al que agradecer seguir en marcha. 

Ya he sacado mis jerséis de lana y he tirado la mitad por mentirosos, 'dicen bolas' y he lavado las mantas para   el sofá, pero mi favorita, disputada entre mis vástagos, ha acabado en el hogar adoptivo del mayor como algo que le recuerda al hogar, sniff, sniff my manta de bolas, y aquí, sentada en el sofá que hay que cambiar, entre la ropa que hay que guardar, me pregunto si podré volver a poner el hygge en el hogar y calentar el ánimo. 

Voy a por un té, si no se ha acabado, y a por pastas para endulzar lo que queda de día, mañana será, será...... Mi hygge,  folovers, para vosotros que por aquí ni entra, ya me lo devolvéis cuando os venga bien.