lunes, 16 de octubre de 2023

Mañana también será pasado.

 

La situación invita a la reflexión. Mirar atrás, cuando teníamos que creernos lo que nos decían porque solo había dos cadenas de televisión, una idea política, una sexualidad hetero y buenos y malos. 

Los buenos eran los americanos, en los westerns los vaqueros, y en economía, el tener. El gran sueño americano se convirtió en el gran sueño occidental. Pero eso pasó a mejor vida y los buenos no eran tan buenos ni los malos tan malos . A partir del momento en que nos liberamos del miedo a expresarnos, a investigar y a romper barreras comprendimos que  la expresión del amor es tan plural como que es única e intransferible. Pero también  que la brutalidad puede superar cualquier instinto de supervivencia. Ayer volví a ver Éxodo pero no con la mirada de una adolescente condicionada, sino con el espíritu crítico de una adulta que ha aprendido con esfuerzo a desaprender y que sigue en ese proceso de involución. 

Pero todavía sigue la manipulación y nos tratan como si tuviésemos una venda, por no decir incapacidad, para vislumbrar la verdad. Los que venden armas,  se frotan las manos, los que especulan se llenas los bolsillos, los que buscan justificar la inflación observan esperando la carnaza y mientras la prensa llena de contenidos las tropecientas cadenas de televisión. 

Cuando la gripe aviar, una cajera de Carrefour nos dijo: `cuando la princesa de a luz, se olvidan todos'. ¿Se sabe algo de otras guerras,, o de las mujeres o  cambio climático? Ningún tiempo pasado fue mejor pero mañana será pasado también. Quizá algún día las cosas cambien.

Con este panorama  de inmediatez, no queda tiempo para reflexionar y entonar el 'Cuanto hemos cambiado...' Bueno, pues paremos... No vamos a arreglar el mundo si miramos al otro lado del mundo sin tender la mano a quien tenemos aquí pidiendo ayuda. Tómate un té mientras dejas de valorar quien es el malo y preparas algo para los que te desean lo bueno. 

lunes, 9 de octubre de 2023

Mi hygge.

Siempre he pensado que si lo que hago sirve, aunque solo sea para una persona, merece la pena. Y debería merecer la pena aunque solo fuera por mí. Y es que vivimos tanto para y por los demás que cuando te vas quedando sola te das cuenta de que Mi también es importante en la melodía.

Aunque el momento es trágico para entonar cantos egocéntricos con guerras, pandemias, calentamiento global y las fuerzas de la naturaleza sacudiendo nuestro epicentro. 

¿Dónde queda la manta, los calcetines, la chimenea, el sofá y el tazón? En Dinamarca espero, porque en el Mediterráneo buscamos todavía el fresco de una terraza.  Y poco hay de cozy aunque como hacen los daneses, cuando sale el sol, hay que buscar una hamaca y a disfrutar. Así que mañana pondré mi hamaca al sol y disfrutaré del otro hygge sin proyectarme y prometo no pensar  en el frío.  Seguro que ya llegará.

Mientras, volvemos a buscar la técnica de organización perfecta, los nuevos paradigmas educativos, la mejor taza y el proyecto más zen, sin olvidarnos de quejarnos y exigir el derecho a la pataleta.                

Así que me quedo por aquí ensiMIsmada, conMIgo MIsma hasta que reponga Mi hygge para todos desde La Barcaccia del Alghero..