domingo, 31 de marzo de 2019

Marzo: La inmanente levedad del ser, perdón, del orden.



El objetivo de este mes es el resultado de la desazón  producida por haber conseguido el orden que propone Marie Kondo y mirar con insatisfacción que se ha acabado lo que yo puedo hacer y que dentro de pocos días habrá que volver a empezar.

Y estando en este estado cayó en mis manos el libro Wabi Sabi de Beth Kempton, con una cubierta en dorados sobre un azul que me gusta especialmente.

Creo que los occidentales hemos empezado con Marie Kondo la casa por el tejado. Primero deberíamos haber entendido el proceso espiritual de soltar- eso que ella hace al darle las gracias a lo que sale y que a nosotros nos hace tanta gracia-que se basa en la ACEPTACIÓN de la auténtica naturaleza de la vida, es impermanente, imperfecta e incompleta. Muchas religiones, corrientes espirituales y filosofías se basan en el intento de llenar esos vacíos, en completarse e incluso en permanecer por siempre.

El "ejercicio" de ordenar tiene que experimentarse como un acto de conciencia exterior, para ver qué  "tenemos" y qué "somos". Cuando pensamos porqué tenemos y porque guardamos le damos presencia al objeto y lo hacemos visible pero al mismo tiempo reflexionamos  sobre lo que queremos conservar  para convertirnos en lo que queremos ser. Ese "convertirnos" es un proceso que nos acompaña toda la vida y por tanto en permanente renovación y he aquí el dilema que pone tan largo pesar al infortunio. ¿Qué pasa si lo que hoy puede irse se convierte en lo que más anhelo en un futuro? Esa colección de libros que ocupan espacio y a los que no puedo dedicar tiempo ahora... Ese vestido de fiesta, a las que hoy no asiste, y que mañana puedo echar de menos porque me sienta tan bien. Esos por si acaso hay que valorarlos más a fondo.

Así que el objetivo de marzo está cumplido. Todo limpio, todo ordenado, todo en su sitio y acepto que vuelvo a empezar, porque es parte del ahora. Y se siente uno muy aliviado cuando sabes que nada es permanente, perfecto o completo. Mejor con un té.

domingo, 24 de marzo de 2019

Ataques de pasado gestionados con mindfulness.

Todos hemos tenido algún momento especialmente doloroso en el pasado, y si no ha sido así o eres muy joven o muy afortunado  Yo no pertenezco a ninguna de esas categorías, si a la de los que periódicamente se ven asaltados por recuerdos que te llevan a espacios poco hygge. Pero lo que me interesa es ver cómo lo gestionaba antes del mindfulness y cómo lo gestiono ahora, por si puede ayudar a alguien.

Lo primero, lo más importante es no evitar que fluya la emoción, y no detener las lágrimas si se requiere. Pero la plena conciencia que se tiene del dolor, culpa, miedo, todos aparentemente negativos, tienen que salir y mejor si no se limita a uno. Sácalos todos. De pronto la sobrecarga hace saltar el sistema de seguridad emocional... Ya pasó, nada pude hacer mejor, porque hice lo mejor que pude. Nada puedo hacer porque si me viera en la misma situación no actuaría como ahora pienso, sino lo mejor que pueda entonces. Y si no vuelve a pasar mi preocupación es en vano.

He observado mirado con curiosidad al pasado por si de este último arrebato puedo aprender algo y me he liberado, más rápido que nunca del dolor, la culpa y la rabia. He tenido paciencia para ver que el resultado ha sido positivo y hoy no solo brilla el sol fuera. Os invito a ser slow, mindfulness flow y disfrutar mucho hygge. 


lunes, 18 de marzo de 2019

Propósito Mindfulness : Aprende algo nuevo cada día.

Hay veces que nos esforzamos en ponernos propósitos del tipo, perderé peso, haré más ejercicio, leeré al menos 10 minutos cada día, y poco a poco todos nuestros propósitos van difuminándose en el estrés y la falta de tiempo.

Pero existe una serie de propósitos para los que realmente no tienes que hacer nada, solo ser consciente, sí, aplicar el mindfulness, como por ejemplo el de aprender algo cada día, porque es algo que pasa, tanto si eres de espíritu abierto como si eres de miras estrechas, tanto si de forma voluntaria sales de tu zona de confort como si la vida te tira a empujones.

Todos los días aprendes algo, pero debes estar atento, y dispuesto a aceptar que es un aprendizaje, porque a veces lo que cuesta es aceptar que el aprendizaje venga de tu rival, o de alguien que 'debería aprender de tí". 

Así que tomate un café y si has ido demasiado deprisa hoy, reflexiona sobre lo que te ofreció la vida este día. Y qué tal, si además de apuntar frases motivadoras en tu bullet journal, te vas anotando lo que aprendes.


Puede interesarte Ejercicio de mindfulness: la profesión.

lunes, 11 de marzo de 2019

Hygge desde las alturas para los que van a pie.

Hoy ha sido uno de esos días en que te gustaría estar sentado en el techo del Duomo de Milan, a medio camino entre el cielo y la tierra. ¿A qué se debe tan bizarro deseo? Al estrés, obviamente.

Y es que hoy ha sido uno de esos días torcidos, amenazando convertirse en retorcido, pero que al final ha aguantado el tipo y me ha dejado respirar.

Alguien se sorprendió al conocerme, de que llevase una vida 'tan poco hygge', y tuve que explicarle que precisamente el hygge se manifiesta en plenitud cuando más angustiosa ha sido la jornada. Un jubilado puede fluir con el hygge, pero una persona inmersa en la vida laboral, con cargas familiares y responsabilidades necesita experimentar ese flow con más urgencia.

Buscar el confortable hueco en el sofá, la manta cálida, los calcetines de lana, el libro, la bebida caliente, contribuyen a desconectar de la incómoda silla del trabajo, del ir de acá para allá, del ruido incoherente e innecesario, del café de máquina... Si yo fuese una persona ajena al estrés y a las preocupaciones no me hubiese preocupado en generar el espacio de bienestar en mi jornada. Cierto que no me levanto deseando tener un Ferrari pero tampoco voy a trabajar en bicicleta. Hay que adaptar a las características de la actividad de cada uno el tipo de hygge que necesitaremos, bien refugiándonos en casa o saliendo a dar un  paseo, o a tomar el sol. 

Estoy aprendiendo a escuchar activamente, silenciando mi máquina de 'pensar sin parar' y haciendo espacio en mí para albergar el discurso del otro. Estoy aprendiendo a parar y a ir más despacio. Estoy aprendiendo a ampliar los espacios hygge a lo largo del día. Pero eso no va a hacer que desaparezca el estrés, las preocupaciones o las responsabilidades solo ayudará a lidiar con ellas,... o no. Pero iremos aprendiendo. Mucho hygge. 




lunes, 4 de marzo de 2019

Febrero "cultureta"

El objetivo del mes era poner en orden la dimensión cultural.

Recuperar aprendizajes útiles como el alemán, culinarios como la repostería, cine clásico una vez a la semana y la lectura. Vamos a dos libros por mes y aumentando.

Uno podría pensar que es más beneficioso para la salud hacer ejercicio, todo llegará. Pero para mí el no poder leer, el haber aparcado el noble arte de aprender a aprender o no cumplir más que con las obligaciones me daña la salud.

Así que igual que los lunes son creativos, incluidas las magdalenas, los martes son de idiomas, los domingos cine clásico. Todas las mañanas, bastantes noches y la tarde del viernes para leer. Quitas la tele y you tube de tu vida y queda tiempo para todo.

Podría ser más hygge pero no mejor. Me da otra vez la perspectiva de mundo abierto. Te invito a que salgas de tu zona de confort y experimentes con autores diferentes y con temáticas que normalmente no elegirías. El ser humano pierde rápidamente la capacidad de sorprenderse y la de sorprender. Acabo de leer un libro con desmitificación de los vampiros, escrita por un autor rumano y vuelvo al mindfulness vietnamita hasta que me salga al encuentro un título atractivo y me quedo con una frase de instagram: cuando veo a alguien leyendo un libro que me gustó es como si el libro me recomendara a la persona. Sed muy hygge y alimentad vuestra dimensión cultural.