miércoles, 30 de agosto de 2017

¿Qué tendrá el agua en movimiento, que nos vuelve locos?

Mi bisabuelo iba, allá por los años de la guerra de Cuba, a tomar las aguas en el balneario de Bañús, hoy  desaparecido. Más de cien años después su nieta sigue tomando las aguas y probando si hay alguna que realmente sea la mía, porque lo más importante no es la fama sino que encuentres la que te vaya bien a ti. Tu balneario hygge.

Hay que planificar la estancia con mucho cuidado porque el agua es importante pero lo es ás el entorno donde luego vas a descansar, a veces es mejor dormir en un sitio y utilizar el balneario de otra como sucede en Paracuellos de Jiloca. El agua es pestilentemente sulfurada o sulfurosa, porque no parecen ponerse de acuerdo, y realmente actua sobre varias dolencias y rápidamente. Pero la proximidad del agua a la recepción del hote
l hace que te de la bienvenida y te acompañe durante toda la estancia, incluso cuando llegas a casa y empiezas a lavar ropa queda un rastro de tu estancia. El lugar está haciendo esfuerzos por salir del siglo pasado pero ofrece más de lo que luego encuentras. El Circuito Termal es bastante bueno, pero como no te acompañe la suerte duermes en una caja de zapatos bastante maltrecha. Si sale el sol el entorno es estupendo pero si no es así y viajas con niños y sin pareja  no tienes la posibilidad de dejar a los niños haciendo actividades mientras tomas los tratamientos especializados. Cerca de Calatayud, habría que pensar en quedarse fuera, aunque doblan el precio del Circuito para disuadir.  Espero encontrar la cara modernizada, soleada y con actividades para los más jóvenes-porque la wifi tampoco funciona muy bien.

Tanto este como el de Cofrentes parecen pensados para los jubilados, pero no puedo decir nada malo de un establecimiento que al saber que vas con niños pequeños te deja la habitación de los dueños cuando no están y siempre advirtiéndote te dejan disfrutar en familia de la piscina termal. Supongo que sin el buen tiempo del que disfrutamos hubiésemos tenido algún problema para entretener a los niños. El aspecto que más me conmocionó no era responsabilidad del Balneario, sino de los abuelos que tenían miedo de quedarse sin comer y nos atropellaban a los niños.
Luego están los hoteles de lujo como el  Hotel Vila Gadea en Altea, que ofrecen un Circuito  de Talasoterapia pero que para procurar un habiente relajado deja a los niños fuera excepto una horita y la cobra.... El agua  de mar pero con chorritos es un plus-Spa.

Seguro que mi bisabuelo estuvo más cerca de esas pilas de mármol que consevan en Archena aunque no de sus instalaciones exteriores actuales. Disfrutaría de un entorno como el del  hotel Termas que tiene fotos de la época,  pero no de la actualización de sus habitaciones más en el gusto de hoy y dudo que nadie tuviera que preocuparse del entretenimiento de los residentes en su mayoría enfermos. Seguro que las aguas de Bañús eran como las de Verches o Malavella. Hoy cualquiera va en busca de aguas que proporcionen bienestar, pero para que se convierta en una experiencia hygge tiene que ofrecer bienestar el alojamiento y la alimentación. 

Es un poco penoso que si el hotel no siempre tenga tenga spa y si las aguas son buenas el alojamiento no sea equiparable, por no hablar de lo caros que son en ambos casos. Aunque nadie dijo que vivir hygge salga económico, que cuando te metes en una tienda de velas especializadas, y no de las del super que huelen a todo menos a lo que pone en el papel, te dejas una pequeña fortuna, idem con el té, el café o las galletas.

Ahora bien, ¿qué es más hygge para vosotros? ¿Hacer un viaje en el tiempo sin perjuicios a un balneario o relajarte con agua del grifo en un resort? 


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