lunes, 2 de enero de 2017

La parte de Japón que es 'simplemente' hygge.

Sigo a una bloguera a la que su decorador le pidió que buscase todas aquellas fotos de espacios que le resultaran atractivos para diseñar los espacios de su nueva casa. Había decoraciones muy dispares pero le hizo ver como habían elementos en común en todo aquello que le gustaba, colores, nivel de confort, objetos concretos.

De la misma  forma he estado analizando que tienen en común todas las corrientes de pensamiento que me han interesado y siempre ha habido un elemento común, la simplicidad.

De adolescente sentía particular interés por la cultura japonesa, no por la suntuosidad de los vestidos y tocados tradicionales, sino por los  jardines donde cada cosa obedece a un propósito de belleza inusual,  los espacios casi vacíos, las artes marciales de movimientos precisos, y, sobre todas las cosas, la ceremonia del té. 

Este documental de La Vanguardia  explica algunas cuestiones básicas, pero si tienes un rato hygge, disfruta de este otro y entonces comprobarás la extensión de la palabra simplicidad.
 
Con el tiempo observaréis que hay otro elemento común pero tendréis que averiguarlo vosotros mismos.
 
Los japoneses buscan su felicidad en los baños terapéuticos  onsen, cantan en karaoke, reciben y regalan cosas "kawaii" que viene a significar lindo, bonito, precioso, adorable, y otras cosas (lo que es  kawaii  hace sonreí), comen cosas deliciosas o van a Tokio Disney, además les gusta hablar de supatria y que los demás les hablen bien de ella..                                                            
Comparten con los daneses un gobierno poco corrupto, unas expectativas de vida larga, un nivel económico satisfactorio y un modo intrínseco de actuar que hace que muchos japoneses visiten el país europeo. 
 
El hygge forma parte de la tradición japonesa y supongo que aunque los jóvenes estén deslumbrados por las costumbres occidentales, cuando maduran, vuelven a ese espacio de compartir el té con un reducido grupo, disfrutar de los jardines, meditar y hacer Tai Chi, en definitiva, dar un espacio a las tradiciones dentro del hogar, un lugar privilegiado, de la misma forma que los daneses disfrutan usando la vajilla de la abuela.
 
 
 

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