miércoles, 4 de enero de 2017

Padres felices contagiando felicidad.

Cuando nos planteamos qué es lo que queremos que sean nuestros hijos en el futuro,  la respuesta suele ser FELICES, pero por dónde empezar. Científicos de la Universidad de Boston, después de 20 años de seguir a las personas 'felices' determinaron en el proyecto de investigación ‘Framingham Hear Study’  que a felicidad es contagiosa. Así que rodea a tus pequeños de gente feliz. Pero y  vosotros que sois los padres ¿Sois felices? Seguro que generáis un buen ambiente para la madurez emocional de vuestro pequeño.

Las personas felices suelen sonreír sin un motivo evidente, porque suelen tener pensamientos  positivos que provocan que una sonrisa salga en su rostro.
 
Cuando más nerviosos están todos, cuando hay una crisis, conservan la calma, primero porque ha hecho los deberes y sabe y tiene previstos la mayoría de los imprevistos y porque sólo cuando se está calmado se pueden ver las posibles soluciones
 
Gusta de las cosas sencillas, la gratificación la consigue de un gesto de cariño, de una palabra de aliento. Disfruta un café en buena compañía y es capaz de agradecer a los demás que le proporcionen esos pequeños momentos.

Celebran los  pequeños triunfos como llegar temprano a una cita, terminar un libro o conseguir un ahorrillo a final de mes. O poderse sentar a acabar un post.  :)
 
La felicidad tiene la propiedad del efecto mariposa* o  puede ser un círculo virtuoso interminable, en el que hacer feliz a alguien tiene como consecuencia que otra persona haga feliz a otra y así, en cadena.

Si te levantas cada día a hacer lo que te gusta, no creerás que vas a trabajar. Algunas veces la clase pasa volando. Los niños cuando juegan pierden la conciencia del tiempo. Entregarnos a una actividad altamente satisfactoria puede ser fuente de felicidad.

Las conversaciones profundas y sustanciosas pueden proveer de felicidad genuina a las personas, a diferencia de las pláticas banales y ligeras. En una conversación se habla y sobre todo se escucha implica reconocer la existencia del otro, respetar su visión de mundo, estar dispuesto a conocerla y aprender algo de ello. Escuchar requiere y genera confianza.

Gastar con los demás. No importando cuánto dinero ganen o de cuanto tiempo dispongan, las personas son más felices cuando gastan en otros su dinero o su tiempo que cuando lo conservan para sí mismos.

Es sabido que el ejercicio físico libera endorfinas, además de otras sustancias neuroquímicas que modifican nuestra actitud frente al mundo, casi siempre otorgándonos una sensación satisfactoria de la realidad. El ejercicio disminuye el estrés y algunos síntomas de la depresión, además de mejorar nuestras habilidades cognitivas y hacernos apreciar más nuestro cuerpo.
 
*“El batir de las alas de una mariposa puede provocar un huracán en otra parte del mundo”… Con esta simple frase podemos resumir en qué consiste el “efecto mariposa”. Pequeñas acciones pueden ayudar a crear grandes cambios. Esta idea sacada de la Física y de la” idea del caos” puede aplicarse a la psicología.
 
Quizá solo necesitemos un poco de voluntad para ser felices y seguir estos consejos.

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