domingo, 12 de febrero de 2017

Ahorro hyggelig.

Timbal de aguacate con salmón y
 guarnición de apio y brotes de berro.
El ahorro puede conjurar imágenes de cinturones apretados o colección de cupones de descuento, sin embargo, si comprendemos como gastamos, podremos hacerlo en cosas que nos hacen felices. Organizar cuándo y cómo gastar dinero no suena a pasárselo bien pero el resultado.
 
El doctor Goren de la Universidad de Georgia separa los gastos en necesarios y caprichos, y en fijos y variables. Cuando los combina obtiene los fijos necesarios, como el alquiler, la comida o la luz; los variables necesarios como las reparaciones imprevistas en casa o del coche; los caprichos fijos  como las subscripciones a canales privados y por último los caprichos variables, como los viajes.
 
Sugiere extremar en los fijos necesarios, alquilar las habitaciones que sobran, revisar consumos energéticos y aprovechar los ahorros sobre consumo como los que proponen algunas cadenas de alimentación. También deberíamos suscribir algún seguro para hacer frente a los imprevistos. Pero cuanto menos acumulamos menos tenemos que comprometer en estos gastos. El transporte público no necesita seguros, pero un coche de gama media requiere seguros más económicos que los de gama alta y cuanto mayor sea la casa más gastos genera y a menos que estés gestionando un premio de la lotería, hay que reflexionarlo.
 
En los caprichos fijos gastamos buena parte del presupuesto. Comida preparada o a domicilio, salir necesariamente todos los viernes y sábados a cenar, o desayunar todos los festivos en el bar. Realmente ese homenaje que nos dimos una vez y nos hizo romper la rutina y disfrutar, al convertirse en un hábito pierde su sentido original. Y de pronto te encuentras preguntando, ¿Y dónde vamos esta noche? Y si no vamos, a veces un buen libro, una copa de vino y un poco de queso son un plan más original.
 
La finalidad de ahorro que propone Gore no es en previsión de un futuro incierto sino que los caprichos variables son más eficientes incrementando la calidad de vida y felicidad. Suele ser menor que los caprichos fijos. Un año de televisión por cable puede ser un fin de semana de ensueño. Propone pagar por aquello que puede durar, como pases de temporada; gastar dinero en experiencias tales como vacaciones o fechas ocasionales; gastar dinero en otros, planeando fiestas de cumpleaños o un regalo sorpresa; gasta dinero en cosas que tengan significado como donaciones caritativas, hacer el bien nos hace sentir felices.
En resumen, trata de enfocar en cosas que te hacen feliz y de ahorrar en las que no. En definitiva acabarás gastando menos y disfrutando la vida más. Ahorrar puede ser hyggelig.

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