viernes, 5 de mayo de 2017

Pues yo sí.

Hay comentarios que aparecen fortuitamente y somos tan ególatras que creemos que nos los han hecho a nosotros, además presuponemos en los demás tanta mala leche como la que cada uno tiene. El resultado se convierte en una necesidad de justificarnos. 

No, querid@, no. No es que dedique al crecimiento personal el tiempo que corresponde a mi trabajo o a mi familia. Tampoco tengo ayuda externa en casa, con lo cual mi hygge me lo limpio y ordeno yo solita, con la ayuda incondicional de mis decoradores personales (¿Habéis oido lo de en mi casa no hay desorden sino que los decoradores son mis hijos? Pues lo suscribo). 

Uno podría pensar que no tengo vida social. Obviamente no del tipo que me obliga a estar en todos sitios, como Dios, soy más de cada uno en su casa y Dios en la de todos. Pero la tengo. Además hay que sacar algo de tiempo para formarse.

No lo hago todo ni pretendo hacerlo de forma perfecta, procrastino, priorizo y repasando la verborrea me he dado cuenta de que puedo decir que son mis Ps. La verdad es que el truco está en ir haciendo, parar cuando apetece parar aunque los platos estén por guardar, tomarte la taza de... con prisa o despacio pero tomártela y hacer dos cosas todos los días en algún momento, revisar o parar para ver qué has hecho nuevo, o qué te ha generado satisfaccion o felicidad-el día habrá merecido la pena- y hacer que alguien de tu entorno vea eso mismo en su día. Aprender y enseñar, que a limpiar todo es empezar. Feliz hygge.

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