Estamos aquí.

Hoy tocaba un estuvimos allí pero de pronto me he sentido muy aquí y aunque un poco tarde merecía la pena el esfuerzo de arrancar segundos a un día que ha empezado con ducha fría porque ayer no salió el sol. Los hados se han confabulado para ayudarme a empezar con los winter skinny baths tan típicos en Dinamarca. 

La entrada al trabajo ha sido slow y a tiempo para disfrutar la lectura matutina sobre la supuesta y desaparecida espada de Nerón. 

Hoy ha sido un lunes hygge. Un día en que se disfruta del trabajo relajado y entrevistas dinámicas.

La comida a llegado a tiempo a la mesa y recogiendo  los chicos me he enterado de la odisea de esta mañana, en que a la adorable gata no se le ocurre otra gracia que traerse un juguetito vivo a casa, un diminuto ratón de campo. Han podido cazarlo y restituirlo a la naturaleza. La gata ha estado resentida toda la tarde porque no han sabido apreciar el regalo. 

Esta tarde ha brillado el sol y todas las tareas han ido saliendo. Compra hecha, Halloween medio hilvanado y a cenar. Ensayos musicales, deberes, dos you tubers plus en el haber y preparada para lanzar al ciberespacio un estuvimos allí... Pero no. Creo que es el post más "postpuesto" de la historia. 

Me he dado cuenta de que el hygge espacio del comedor es confortable, muy confortable e inspirador. Pero la sensación más hygge es cuando entro en la habitación y mi DH ha puesto ravintsara en el difusor. La habitación recogida, sin restos de ropa para doblar y guardar, la luz cálida y suave del led del difusor, el aroma, las sábanas blancas, el edredón y algo de música y creo que ya pensaré otro día sobre cuestiones triviales como la belleza, la justicia y el bien. Es de lo más justo que esta personita, que se ha pasado la jornada haciendo el bien común, dedique lo poco que queda del día a disfrutar la belleza de su hyggelig-spa.

¿Cuál es tu hygge space? ¿Dónde te sientes realmente bien? Ves y disfrútalo, es hora de darse un regalo de muchas pequeñas cosas.