lunes, 15 de octubre de 2018

Döstädning

Inquietante, cuanto menos. Pero hay quien vive tan dentro de si mismo que ya no puede sentir miedo del exterior. Sus propios fantasmas le paralizan y vive absorto mirándose el dedo.

Se acerca una época del año un tanto confusa porque une los disfraces, las luces y la decoración entre otoñal y tétrica. La religión católica recuerda a los difuntos, mientras los paganos el solsticio y el paso abierto entre los mundos. Otros conjuran el miedo a lo desconocido intercambiando sustos y atiborrándose de azúcar.

Me ha parecido un buen momento para plantear un nuevo método de orden doméstico que está haciendo furor en las redes, es el método sueco de limpieza 'de muerte'. Y no es que te mueras de tanto y tanto limpiar. más bien todo lo contrario, te liberas a través de la reflexión y el acto de desprendimiento.

Döstädning significa deshacerse de todo lo que, si te murieses, nadie querría y sin embargo se sentirían apesadumbrados por tirar porque a tí si que te gustaba o creían que te importaba. De no ser así, por qué lo conservabas. Así que a parte de lo puramente esencial y aquello que si te gusta particularmente o gusta a alguno de tus allegados te deshaces de todo, pero poco a poco. Hay un orden en el proceso, y consejos, sobre todo, en lo personal. Periodos de selección y reflexión. Se rememora, se  piensa si tiene alguna utilidad para alguien ya y se le pasa o se lleva a una ONG o directamente se destruye.

El primer efecto que promete es la conciencia de lo consumistas que hemos sido y reducimos nuestro consumo. Se ha hablado de la huella medioambiental pero con el proceso se contribuye a aligerar nuestro peso emocional sobre los demás. Solo quien lo pasa sabe lo difícil que resulta.

Así que voy a renovar algunas cosas y a deshacerme de otras muchas, sobre todo las privadas, pero con un trozo de pastel de queso y un café con leche para premiar el esfuerzo emocional. 

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