lunes, 7 de enero de 2019

Alucinando con el orden.



Un vistazo a You Tube o a Instagram, por poner algún ejemplo, y abunda en contenidos relacionados con el orden y la organización, y no solo en los estudios o el trabajo, sobre todo en el hogar. Incluso la gran gurú del orden, Marie Kondo, tiene programa en Netflix. ¿Qué será lo que tiene el orden?

Pero, realmente, habría que ver que es lo que ha llevado a este punto, incluida una servidora, porque sin reflexión es muy complicado avanzar, y menos podemos poner orden en el exterior si no lo hay en el interior, aunque MK se empeñe en vender lo contrario.

Años atrás, la sociedad depositó en la mujer la responsabilidad de cuidar del hogar, de forma modesta y personal o a través de servicio, pero siempre con la finalidad de proporcionar confort y reposo al "guerrero" que además de trabajar duramente- esto daría para mucha reflexión- traía ingresos al hogar. No estoy hablando de casos excepcionales, sino de los de la inmensa mayoría de nuestro entorno. Habrá países más avanzados pero en el nuestro no hace tanto que los hombres participan de las tareas domésticas, aunque en gran parte con tareas asignadas por quien sigue teniendo a su cargo la responsabilidad de puertas para dentro.

Después todos los miembros de la casa han sido víctimas de un complot de adquisición de bienes fungibles, ropa, accesorios, electrónica (si no tienes dos o tres teléfonos móviles guardados, algún router desfasado y algún ordenador del pleistoceno, versus los 80, deja de leer este post). La burbuja trajo consigo la adquisición y la acumulación, como si tener trescientos pares de zapatos te fuera a proporcionar un vestidor de película, sí,  d e  p e l í c u la.

La acumulación y la responsabilidad de mantener el orden pasa factura y más cuando pasamos tantas horas fuera de casa. Cuando regresas tienes que acomodar lo que llevas puesto, lo que se acumula en la cesta de lavado, lo que sale de la secadora, los juguetes, consolas, cargadores, y por si fuera poco en estas fechas adornos varios y cajas de 'por si acaso hay que devolverlo'.

De pronto todo tiene explicación. Queremos poder entrar en casa, sentarnos sin tener que preguntarnos ¿Dónde? Ir a buscar los calcetines y encontrarlos. Una taza limpia y un cazo donde poder preparar una bebida caliente. Y nos ha dado por creer que eso nos dará felicidad. Eso no es hygge. 

Mi objetivo para este año son los de establecer una misión de orden para cada mes, pero en vez de proponerla, la voy a poner en práctica y a final de cada mes os voy contando. Este mes toca ORDEN INTERIOR. Saber por qué necesitas el orden, quién sabe, lo mismo decido que el orden no es tan importante. 



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