lunes, 17 de febrero de 2020

Emociones procesadas

¡Qué la musa te pille trabajando! Piensa en positivo. Planifica tu futuro, es el lugar donde tienes que vivir... Pequeñas motivaciones, como instrucciones robóticas y a veces contradictorias que nos rodean en instagram, en el bullet journal, en tu motivational board.

El hombre empezó a utilizar  las máquinas con la idea de hacer menos trabajo, y ahora ya no trabajamos como personas, trabajamos como máquinas.

El ser humano anhelaba la luz natural en su lugar de trabajo. Un despacho con vistas sobre Manhattan era el summum del éxito. Hoy los cubículos son mejores porque la luz no debe incidir sobre la pantalla.

Hicimos las impresoras para gastar menos papel, y como no revisamos lo que copiamos, acabamos imprimiendo y gastando más papel que antes.

No hay límite para la hora que dejamos de trabajar y la burocracia supera al trabajo creativo.

Le llaman resiliencia a la capacidad de absorber el estrés y gestionarlo y se inventan el flow como si estuviésemos en stand-by. 

Antes escribías una carta porque el teléfono era caro para divagar. Hoy teléfono es trabajo, correo es trabajo y a tus amigos les envías emoticonos y videos prefabricados. Hablamos de alimentos procesados pero es que nuestros sentimientos y nuestras emociones están procesadas también. 

¿Te has parado a pensar cómo estás compitiendo con tu ordenador? ¿Realmente disfrutas de lo natural? ¿Vives hygge o te dan hygge? 


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