lunes, 2 de marzo de 2020

Labores de Sísifo.

Sinceramente, y sin obsesionarme, hoy no iba a escribir y, de hecho es tarde, muy tarde. Pero en un momento de relax me he encontrado leyendo a Agatha Christie "Los mejores crimenes para mis novelas se me han ocurrido fregando los platos. Fregar los platos  convierte a cualquiera en un maníaco homicida de categoría"

Las tareas domésticas, cualquier tarea doméstica, tiene esa cualidad de ser una piedra de Sísifo destinada a caer al fondo tan pronto alcanza la cima.

El castigo por la astucia que recibieron Sísifo o Prometeo ha sido la imagen que me viene a la cabeza cada mañana cuando comienzo las rutinas, muy distinto a como me siento cuando entro en clase.

No solucionas nada repartiendo o traspasando, la tarea permanece ahí para convertirse en algo que se repite como un castigo. 

Como, históricamente, es una carga que suele caer sobre las mujeres, son ellas las que han tratado de sistematizarlas, minimizarlas e incluso bendecirlas y convertirlas en servicio amoroso. ¡Y una & #ð@*! Hay quien lo reduce a una app. ¿Se ha parado alguien a pensar cuanto tiempo se pasan las mujeres y algunos, pocos, hombres emparejando calcetines? ¿Sabe alguien lo atractivo que resulta un hombre que usa vaqueros, jerséis y camisetas y no utiliza camisas ni pantalones de raya? Se pueden cuantificar en días el tiempo que te pasas planchando.

Tengo nombre para mi primer androide doméstico, Sísifo. No tomará café conmigo ni se tapará con la manta. Tal vez sepa leer, no será creativo y por ese motivo no se preguntará lo absurdo que es su día de la marmota eterno. Mientras seguimos esperando un mundo feliz  hoy todavía no he sentido la necesidad de idear ningún crimen.


No hay comentarios:

Publicar un comentario