miércoles, 18 de enero de 2017

Hoy podría ser un festivo extraordinario.

Hoy hace un día para quedarse en casa. Nieva. En Noruega eso puede ser un fastidio, aquí de por sí es una fiesta. Cuando estábamos esta mañana en clase y ha empezado a nevar ha sido muy difícil volver a conquistar la atención de los alumnos. Pero quién puede resistirse a la belleza de un manto de nieve pidiendo a gritos que lo pisen.
Ahora empieza a anochecer. Las estufas calientan la casa. La chimenea está cargada de leña y apetece algo caliente y sentarse cerca a leer, escribir, hacer música o los deberes... lo de la cenología de IKEA lo dejamos para un universo paralelo.
Se oyen toses de fondo y hay algo de resfriado en el ambiente, mientras esperamos que vuelva a nevar, reflexionamos.
Si nieva una vez cada X años, si es algo tan extraordinario, no puede declararse festivo. Todos los descansos que ofrecen los empresarios son necesarios, pero tal vez el estado podría ofrecer festivos extraordinarios para que hubiese una conciliación familiar que premiara todas esas veces que te llevas el trabajo a casa o que no puedes ir al cine porque tu hijo tiene demasiados deberes para el día siguiente.
 
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario