miércoles, 1 de marzo de 2017

Ser o no ser Mindfulness ¿Qué pasa Willy?

Cuando tienes un día 'retorcido'   es difícil parar. La tensión aumenta, los latidos en la cabeza, las somatizaciones. Con un buen entrenamiento en resiliencia sobrevives para comprobar cómo, solo tú, le das importancia a las cosas y aquellos que han provocado la reacción nuclear pasan página delante de la play o haciendo paddle.
Los decálogos sobre hygge señalan como primer paso el saborear los pequeños momentos, pero para apreciar la belleza, para parar a contemplar una puesta de sol, para disfrutar del aroma de una buena taza de café hay que hacer un ejercicio de mindfulness.
Ser plenamente conscientes de lo que estamos haciendo en cada momento supone un entrenamiento en la conciencia plena. Las prisas y el estrés cada vez entorpecen más este entrenamiento, hasta tal punto, que hemos aprendido antes a ser resilientes para soportar ese tipo de vida que a hacer slowdown y ralentizar la marcha. La resiliencia no es negativa, todo lo contrario, si se utiliza como competencia adaptativa, pero tampoco puede servir de escusa para que podamos empezar un proceso de ralentizar nuestras respuestas para disfrutar el momento y ser más conscientes.
'Pero es forzoso que nos detenga el considerar' ¿Qué pasa, Willy*, cuándo eres plenamente consciente de las bobadas que te estropean el día, de lo plenamente insatisfecho que te sientes, de las ganas que tienes de darle la vuelta al calcetín? Si, hoy es otro día de 'que te den hygge'. Pero sin estos días retorcidos, sería imposible poder apreciar los otros. Hoy ya es el tercer día de una semana 'horribilis' que pasará y se que si la vivo mindfulness puede que la próxima vez consiga mejorar alguna de las somatizaciones. De momento tanta atención me está agotando y a las diez ya estoy durmiendo.
La psicóloga  Sonja Lyubomirsky constató que cuando se invitaba a sujetos a ser más conscientes de sus actos y a saborear los pequeños momentos que nos ofrece cada día mejoraba la sensación de felicidad y los estados de depresión. Pero es que hoy me han tirado al suelo la taza de chocolate. Definitivamente hoy también me voy a dormir ya y que mañana sea otro hygge.
*Del monólogo de Hamlet Ser o no ser"

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