lunes, 19 de febrero de 2018

Còsagah or good fences.

La necesidad de "cosiness", de bienestar, empieza a trascender el hygge danés y ahora los escoceses han sacado el cósagah. Está búsqueda del bienestar doméstico o el placer en las pequeñas cosas,  puede deberse, en un principio,  a la crisis que sufrimos desde 2008 y cuyos efectos todavía arrastramos. La felicidad tiene que ser barata. Y si es posible, no muy lejos de casa.

Pero recuerda que una máxima hygge es no despertar envidias, si no debes acogerte al hygge inglés que no es una palabra sino toda una declaración de principios "good fences make good neighbours". 

Lo peor es cuando tu hygge  sobrepasa su barrera y pese a ser por el bien común, crea tanta envidia que altera su karma y toma decisiones sin pensar en el mal que puede ocasionar.

Así que si tu rosal excede los límites de envidia vecinal,  los recortas. ¿Barbaridad? Mejor que una denuncia por proximidad o exceso de altura, aroma perturbador o vete a saber.

Soy de la opinión que mis rosas no molestaran pero el tiempo pone todo en su lugar. Disfrutad vuestra taza de te o café en paz y hygge. 

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