lunes, 5 de marzo de 2018

Si me pierdo.

  No puedo quejarme porque cuando me levanto y subo las persianas veo árboles y naturaleza... y a mi pequeña y poco considerada vecinita, la ardilla que vive en el pino y llena la acera de los restos de sus piñas, la misma que mira las nueces de la mesa con anhelo desde el porche, cada vez más cerca. 

Si algo le falta a la casa es poder ver el mar.  Tal vez si el deshielo se produce otra vez ;)  

De pequeña veía el puerto desde mi casa, allá a lo lejos. Y las temporadas en Pueblo 
Acantilado cuando solo eran suits y no apartahotel han sido momentos que se han anclado en el recuerdo.

Llegar y abrir el balcón y debajo el mar. Era como un camarote de barco. El ruido de las olas, las gaviotas. 

Los amaneceres decoran mi memoria, la pared y algún post. Cuando pienso en salir a buscar un respiro pienso en la suit del mar y es como si recargara pilas. Junto con Peñíscola los dos lugares de costa en los que de mil amores me perdería. 

Hygge es tumbarte en la terraza y parar el tiempo. Nada es tan importante como el sonido del mar meciendo pensamientos. El último día de vacaciones y al día siguiente a trabajar, pero lejos de quien quisiera recordártelo para fastidiar, disfrutando hasta el último minuto. 
¿Cuál es ese sitio para ti? 



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