Me imagino a los primeros señores de aragón paseando por estos parajes que separan el norte de la península del sur de Francia sabiéndose a salvo de los señores del islam que reclamaban como suyo el territorio.
Creyeron que 'la reliquia' no sería encontrada fácilmente y no se equivocaban, porque desde Jaca no ves el monasterio hasta que estás al lado y desde el monasterio nuevo el acceso es una pendiente de cantos rodados bastante disuasoria.
Allí, en aquel telúrico paraje se dieron cita dos leyendas que contribuyeron a que el Grial y el Santo cáliz se fundieran en el Santo Grial, dando pié a la más prolífica saga de libros esotéricos que ha conmocionado los cimientos de la institución más antigua.
El imaginario individual y el colectico no confluyen, simplemente fluyen, y lo hacen a țravés de la piel. Caminas y sientes, y todo lo que fue, es y será te cautiva, pero solo a los buscadores. Los demás pasan sin pena ni gloria.
Y el que busca es lo buscado. Somos contenido y contenedores. Nos llenamos y vaciamos de lo físico y de lo espiritual hasta darnos cuenta que lo uno no es sin lo otro. La llave para abrir la puerta que comunica las dos dimensiones es cualquier llave, en San Juan hay muchas, pero no hay puerta porque no hay dos espacios ni dos dimensiones separadas ni bien ni mal, ni alegría y tristeza. Solo un espacio, una dimensión y emoción. Creo que nos encontramos cuando dejamos de buscarnos y nos escuchamos. ¿Y tú?
Hyggelig último día de primavera. Tenemos el verano para escucharnos y escuchar a los demás.
Creyeron que 'la reliquia' no sería encontrada fácilmente y no se equivocaban, porque desde Jaca no ves el monasterio hasta que estás al lado y desde el monasterio nuevo el acceso es una pendiente de cantos rodados bastante disuasoria.
Allí, en aquel telúrico paraje se dieron cita dos leyendas que contribuyeron a que el Grial y el Santo cáliz se fundieran en el Santo Grial, dando pié a la más prolífica saga de libros esotéricos que ha conmocionado los cimientos de la institución más antigua.
El imaginario individual y el colectico no confluyen, simplemente fluyen, y lo hacen a țravés de la piel. Caminas y sientes, y todo lo que fue, es y será te cautiva, pero solo a los buscadores. Los demás pasan sin pena ni gloria.
Y el que busca es lo buscado. Somos contenido y contenedores. Nos llenamos y vaciamos de lo físico y de lo espiritual hasta darnos cuenta que lo uno no es sin lo otro. La llave para abrir la puerta que comunica las dos dimensiones es cualquier llave, en San Juan hay muchas, pero no hay puerta porque no hay dos espacios ni dos dimensiones separadas ni bien ni mal, ni alegría y tristeza. Solo un espacio, una dimensión y emoción. Creo que nos encontramos cuando dejamos de buscarnos y nos escuchamos. ¿Y tú?
Hyggelig último día de primavera. Tenemos el verano para escucharnos y escuchar a los demás.
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