lunes, 16 de marzo de 2020

Raw and hygge.


¿Cuántos de vosotros pasáis horas mirando casas en las revistas, o esas reformas que cumplen los sueños de propietarios indecisos, mientras os preguntáis en qué estilo de casa os gustaría vivir?

A mí me gusta el estilo farm house, pero no me gusta que todo parezca tan desgastado. Me encanta el raw, pero no sé si  sería capaz de tener una mesa no recta con madera "cruda". Los tejidos naturales se quedan. No me gustan los elementos africanos, aunque si esas piezas coloniales y con sentido. 

Me gusta ikea pero no cuando es nórdica minimalista, sino cuando imita el mueble de la abuela, de las suyas, porque los muebles de la mía eran negros y muy pesados. 

Pero mi casa, como la de la mayoría, no es de revista, ni tiene un estilo definido. Aunque he conseguido deshacerme de alguna cosa, aún tengo muebles "inamovibles" y lo que vino temporalmente, a cumplir con funcionalidad, se ha quedado. 

Confortable, simple, con sentido.  Esa es mi casa, pero solo para mí, no para los especialistas. Por fin he encontrado el estilo que busco. Kaizen, poco a poco, es como se consigue crear esa sensación de bienestar, más que un estilo. De hecho, cuando pienso en cual de las casa me gustaría vivir, me gustan cosas pero no por el estilo, sino porque lo asocio a una 'peli' o a un libro, como esos miradores con asientos junto a la ventana que han contribuído a escoger sillones con respaldo bajo, para poder aprovechar toda la vista que ofrecen, de la naturaleza las ventanas. 

Esa botella de vidrio verde con más de medio siglo a cuestas, original, vintage, con un tapón de corcho de mi tienda de manualidades favorita. La de la foto es la prima esbelta. 

Aquel arconcillo secreter versión minimini del secreter que siempre soñé y nunca tendré, porque valen un pastón y porque solo quedan bien en un palacio.

Y es que los sueños no tienen por qué hacerse realidad porque nos vemos obligados a crearnos unos nuevos y no tengo tiempo para sueños posibles... Aunque, bien mirado, tampoco quedan muchos imposibles.

Domingo tarde con chimenea encendida, mantita, y reformas, en casa de otros, yo hygge ¿Y tú? 

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