miércoles, 1 de abril de 2020

Horario hygge.

Estos días de confinamiento están dando al traste con uno de los principales ejes vertebradores de la felicidad, el horario.

Hasta hace unas semanas todos, o la mayoría tenían un horario lectivo, laboral, de actividades de ocio, que proporcionaba actividad a unos y descanso a otros. Dentro de ese horario encontraba, yo, mi espacio para escribir. Pero con todos tratando de adaptar su horario a las nuevas circunstancias, me he ido retrasando. Y me ha producido satisfacción colaborar a minimizar el impacto de esta nueva situación, prolongando hasta tarde la atención desde primeras horas de la mañana. Pero 20 días después tengo 24 wasaps en el grupo de trabajo,25, 26...  y ahora son las 11 de la noche. 

Para poder llegar a este post semanal he tenido que estudiar mucho sobre organización doméstica, laboral y márketing, porque, aunque parece poco, teniendo en cuenta las 37 horas laborales, más las tareas domésticas, sacar tiempo para investigar y escribir no ha sido fácil. 

No tengo ayuda y he explicado varias veces por qué, así que minimizo tareas, simplifico espacios, gestiono tiempos y estudio  como cuidar este aspecto que mimo porque me ha hecho encontrarme con mi ikigai. 

Pero todo se ha alterado. Entonces aplicamos kaizen. El objetivo: recuperar el tiempo, primer paso, estar disponible y armada de paciencia, recurrir a un borrador de emergencia, porque hay semanas que da para más pero no todas, así que guardamos. Superada la primera impronta, programar trabajo, tiempo de atención y mira tú por donde, ahora que he conseguido que mis alumnos no me envíen trabajos a la una de la noche, son los adultos los que se empeñan en que el horario no tiene límites. Kaizen, a conseguir. 

Hace dos días que este post debería haber salido, pero el borrador era desalentador, como mi sensación anti hygge. Un danés tiene 37 horas de trabajo, de las cuales hace 33. Es productivo y eficiente de 8 a 4 y después se va a disfrutar de su tiempo. Lo contrario, quedarse más en el trabajo se ve como incapacidad para cumplir tus objetivos a tiempo, falta de respeto a la familia o falta de intereses personales. 

Hoy he encontrado el equilibrio. Mañana contestaré, después de planificar el día. Vuelta al horario productivo, minimalista, organizado. ¿Te apuntas? 


No hay comentarios:

Publicar un comentario