lunes, 28 de septiembre de 2020

Aire de la Mariola embotellado.


La mochila con agua, un poco de fruta y montaña arriba buscando oxígeno, aunque sea entre semana, que alguna ventaja tiene no vivir en una gran urbe. 

Es la cerveza del aperitivo, el vino del tardeo, el postre de estrella Michelin. 

Una bocanada de aire fresco te devuelve la vida y, con amenaza en ciernes, hay que aprender a sacar hygge en tiempos de covid. 

Hoy es viernes y hace aire. No me apetece salir. Tengo mesa nueva, la ropa recogida, el lavavajillas terminando y dedicaré la tarde a dejarlo todo bonito.

El otoño ha entrado fresquito y hay que sacar chaquetas, no queda lejos el hygge de invierno, pero no me adelantaré. Quiero comprar brezo y calabazas, velas y decorar un poco. 

Y hoy empiezo un nuevo proyecto en Más del garrofer eco. Porque de pronto he encontrado un agujero negro en el mundo de la nutrición y quiero llenarlo con las experiencias que recoja. 

El otoño viene lleno de proyectos y quiero volver a ilusionaros con todos. Mucho hygge.


 

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