martes, 27 de octubre de 2020

Sí a la felicidad.

 






26 de octubre y el sol brilla. Vale, hacía fresco y aire, pero brillaba el sol. Los días tienen luz y las velas son algo excepcional. Tan pronto podemos nos hacemos una siesta.

Sin embargo, teniendo dos de las cosas más anheladas por los nórdicos, no les ganamos en felicidad porque ellos no basan su felicidad en lo que no tienen, sino que la basan en el disfrute de lo que pueden, aunque solo sea un té y una manta.

No obstante, a nosotros nos puede la envidia, el deseo de lo que no tenemos. Y la envidia saca lo peor. La envidia compara y las comparaciones son odiosas, porque hasta en la de igualdad sale perdiendo el que no quiere ser mediocre ni igual a nadie. La envidia son celos de lo que pensamos de afortunado en los demás, mientras los demás ven cuán afortunados somos nosotros. La envidia es maledicencia, porque hablar mal de otros hace que no nos sintamos inferiores, aunque en ninguna otra ocasión lo demostramos más ni mejor. Y lo peor, cuando comfabulamos para empeorar la vida fe alguien. Es algo que no produce felicidad a menos que estés enfermo, y ¿Qué felicidad hay en la enfermedad?.

Noviembre puede ser un buen mes para deshacerse de la envidia y de las relaciones tóxicas y ser un poco más felices haciendo siestas al sol, antes de que llegue el invierno. 

27 de octubre, sol y aire fresco.

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