martes, 20 de octubre de 2020

GOT Winter is coming.

 


Mientras todas las piezas del tablero se lanzan acusaciones y se establecen mil y una teorías conspiracionistas, hay una realidad que no se manifiesta como otros años.  

El otoño de calabazas y colores cálidos en los árboles no parecen borrar el blanco de las batas. El Halloween no se dejará de celebrar aunque sea familiar. En la cola de una conocida marca de ropa, dos madres decían que, aunque el cole no hiciese nada, ellas iban a vestir a sus retoños igual que el año pasado, a pedir por casa de familiares y a hacer cena de Halloween, como si fuera Acción de Gracias. No sabía que hubiese una cena de Halloween. 

Si no fueran pocos los eventos a celebrar, nos inventamos más sin ser conscientes de que la situación ya es bastante terrorífica como para añadir extras.

Y llegará Navidad y el dilema de si compartes cena con los abuelos o no. Mientras tanto, das clase con tu atuendo Mr Scrooge de capas con guantes sin dedos y mantas porque hay que ventilar, sin que los que lideran tomen decisiones menos lamentables y más coherentes.

Nunca más que ahora el querer llegar a casa y prepararte un té caliente, mientras buscas la manta mullida y un buen cojín, pero eso sí, después de limpiar las suelas de los zapatos, tirar toda la ropa a lavar y ducharte, temblando por ese dolor que notas en la garganta mezcla de aftas de la mascarilla, ventanas abiertas y un aumento de chillidos para que te oigan los de la última fila.

Pero ahora es ahora y hay té, manta y post. Winter is coming, pero será mañana, o pasado. Celebramos la vida y, si te place, Halloween, pero antepón el sentido común.

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