lunes, 25 de mayo de 2020

Los homefinde

Se que volvemos a la normalidad porque he visto el post en mi cotidianeidad. Un compañero contestando a un e-mail sábado noche y yo hablando de homeschooling y de pronto me ha venido a la cabeza el homefinde.

Soy consciente que con el cambio de fase ya puedes reservar en un restaurante, pero me deprimiría mucho que me sirviesen el menú con mascarilla, aunque me cabrearía que no lo hicieran. 

 
Desde que empezó el confinamiento, cuando bajo a comprar, me paso dos días con anosmia, desinfectantes y lejía me deterioran el olfato, así que no se si tendría la sensación de estar en un restaurante o en un hospital.

Así que entre la depresión y el cabreo me hago unas gambitas descongeladas con un cava orgánico de Consum, que me sienta  de cine, y  con pijama y cóctel de café con leche y canela, me marco una maratón de Castle, que desde Ally McBeal, es lo mejor. ¿Hygge? Pues no.
 
Añoro comer fuera, viajar, pasear por la playa... Pero para ver mascarillas, prefiero quedarme en casa. Sé que, poco a poco, me acostumbraré y pasará a ser parte de mi día a día, pero de momento me quedo con Fillion y Katič hasta que me vuelva el hygge que me abandonó al mes de cuarentena cuando reproducir los momentos felices del pasado, los que creaban confort, se hicieron poco menos que imposible, porque no es hygge quedarse en casa, eso es nesting y lagom. Hygge es quedarte porque quieres y compartir porque puedes. Pero ahora no me quedo porque quiero ni comparto porque no puedo. Así que estamos kneppet op. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario